La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) respondió a la declaración del director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el COVID-19. Luego que OMS declarara que el COVID-19 ya no es una emergencia de salud pública de preocupación internacional (PHEIC).
Al respecto, el director general adjunto de la IATA, Conrad Clifford, acogió con satisfacción la declaración de la OMS; pero también destacó la importancia de recordar que la pandemia fue un desastre para las personas y la economía a nivel mundial. Clifford destacó que las decisiones recientes de algunos gobiernos para relajar las restricciones de viaje son una señal de que el mundo está haciendo todo lo posible para volver a la normalidad.
Sin embargo, también expuso que, la falta de base científica, consistencia o comunicación clara de las restricciones impuestas por los gobiernos tuvieron un impacto significativo en la propagación del virus y también exacerbó la miseria de millones de personas que no pudieron visitar a sus familias ni dedicarse a sus negocios. Clifford resaltó que esto significó millones de puestos de trabajo en riesgo y la conectividad aérea global retrasada por años.
La IATA también celebró el papel fundamental que deempeñó la aviación en la movilización de vacunas, medicamentos, equipos y profesionales médicos. Clifford hizo un llamado a los gobiernos para que mantengan la conectividad aérea global y las cadenas de suministro, y para que consideren al personal de aviación como trabajadores clave en lugar de estar sujetos a duras restricciones de cuarentena.
Con relación a esto, podemos mencionar cinco consecuencias que dejó la pandemia en el transporte aéreo, algunas de ellas aun continúan estando vigentes y se estima que su recuperación será progresiva en el tiempo:
La primera de ellas es la disminución drástica de la demanda. La pandemia llevó a una disminución masiva en la demanda de vuelos. Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), la demanda de pasajeros en todo el mundo se redujo en un 66% en 2020 en comparación con 2019. Muchas aerolíneas se vieron obligadas a cancelar vuelos y reducir su capacidad de asientos para adaptarse a la disminución de la demanda.
La segunda y una de las más evidentes fue el cierre de fronteras y restricciones de viaje. Para frenar la propagación del virus, muchos países cerraron sus fronteras o implementaron restricciones de viaje. Esto tuvo un gran impacto en la industria del transporte aéreo, especialmente en las aerolíneas internacionales que dependen en gran medida del tráfico aéreo internacional.
Sin duda la tercera consecuenciano sólo afectó a la aviacion, sino al mundo enterio y es la pérdida de empleos. La disminución de la demanda y las cancelaciones de vuelos llevaron a una pérdida masiva de empleos en la industria del transporte aéreo. Se estima que se perdieron millones de empleos en la industria del transporte aéreo en todo el mundo debido a la pandemia.
Y finalmente, una de las consecuencias más vigentes son las dificultades financieras para las aerolíneas. Las cancelaciones de vuelos y la disminución de la demanda llevaron a dificultades financieras para muchas aerolíneas. Muchas compañías han tenido que buscar préstamos o ayudas financieras del gobierno para mantenerse a flote.
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